El pasado 31 de mayo salió a la luz una noticia en la que se exponía que un gigante del sector bancario, el Deutsche Bank está siendo registrado por greenwashing; siendo clave la gestión de riesgos como medida de mitigación. Esta investigación empezó a raíz de las acusaciones de que la gestión de fondos minoristas de esta entidad vendía inversiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) bajo falsas afirmaciones.
¿Qué es el greenwashing?
El greenwashing consiste en transmitir una imagen de una organización o una empresa hacia un posicionamiento ecológico; mientras que sus acciones van en contra del medio ambiente. De esta forma, una entidad muestra un compromiso medioambiental mayor del real. Estas técnicas de comunicación tienen un carácter abusivo y engañoso.
Compromiso europeo contra el greenwashing
Curiosamente, la noticia mencionada se publicó el mismo día que la Autoridad Europea de Valores y Mercados, la ESMA, publicaba un informe sobre esta materia. Concretamente, en este documento proporcionaba a las distintas Autoridades Nacionales Competentes criterios comunes para la supervisión de fondos de inversión con características de sostenibilidad.
Así, este informe cubre las siguientes áreas:
- Orientaciones para la supervisión de la documentación y el material de comercialización de los fondos, así como principios rectores sobre el uso de términos relacionados con la sostenibilidad en los nombres de los fondos; y
- Orientaciones para la supervisión convergente de la integración de los riesgos de sostenibilidad por parte de los gestores de fondos de inversión alternativos y los gestores de UCITS.
De esta forma, la ESMA busca con esto reforzar su hoja de ruta para unas finanzas sostenibles; que además suponga la creación de una mayor confianza entre los consumidores.
Gestión de riesgos derivados del greenwashing
El uso de greenwashing puede derivar en dos tipos de riesgos relacionados:
- Riesgo de delitos contra los consumidores.
- Riesgo de pérdida reputacional por la pérdida de confianza en el mercado.
Ante esto es útil valerse de herramientas informáticas que nos ayuden a evaluar, mitigar y gestionar estos riesgos. Un claro ejemplo es Compaas, una plataforma interactiva que permite hacer un seguimiento, monitorización y control de nuestros riesgos, basada en años de experiencia en el sector.